Cada quien tiene su propia esencia a la hora de trabajar. La mía es caleidoscópica. El éxito reside en los matices.
1. El método clave de mi trabajo es la inteligencia emocional.
El mayor de mis talentos es la capacidad adaptativa a los retos que se puedan plantear, ofreciendo siempre alternativas asumibles y reales.
2. La motivación, clave en nuestro trabajo.
Hacer partícipes a las personas usuarias del propio proceso transformador por medio del juego y el reto. Se aplican las técnicas de la educación en el ocio y tiempo libre dentro de la educación no formal.
3. La igualdad, clave para nuestro trabajo.
El pensamiento feminista es el tejido social que da herramientas a niñas y niños; chicas y chicos; hombres y mujeres por igual, rompe con esos aprendizajes tan interiorizados, tan larvados, que someten y no procuran una sociedad más justa y la mejor de las convivencias.
4. La alegría de la creatividad, clave para el desarrollo de nuestro trabajo.
Este concepto es un paradigma maravilloso si se sabe utilizar, si se usa mal produce frustraciones que son difíciles de manejar. En contraprestación podemos contagiar a quienes tenemos alrededor de la alegría de la creatividad, esa satisfacción que da poder crear de la nada, descubrir para poder avanzar.
La vida es un proyecto creativo de principio a fin.
5. La formación, clave para adquirir competencias en nuestro trabajo.
Dentro de lo lúdico hay tiempo para adquirir conceptos y formación, de manera que el proceso transformador sea vivencial. Cada quien tendrá su propio proceso de aprendizaje y, a eso, también se atiende de manera coeducadora, con profesionalidad y rigor.
6. El trabajo colaborativo, clave para nuestro trabajo.
Trabajando en equipo se mejoran las habilidades de resolución de problemas, se fomenta la interacción social, se promueve la diversidad, las capacidades comunicativas.
Se crea un espacio que favorece el compromiso de las personas que integran ese equipo, ese compromiso es motor de cambio y transformación social.

