Spoiler: es lo mismo.
Es cierto que soy muy amiga de los matices y, en esta ocasión, vamos a profundizar.
Porque de nada sirve que abordemos temas complejos con explicaciones sencillas, otra de las crisis del S.XXI, ese melón; para otro día.
Como buena coeducadora vamos primero a la fuente académica para luego desmontar el mito.
Según la RAE (Real Academia de la Lengua Española) feminismo se define de la siguiente manera:
Su primera acepción:
Del fr. féminisme, y este del lat. femĭna ‘mujer’ y el fr. -isme ‘-ismo’.m. Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.
En esta definición el principio adquiere valor moral, así que estamos hablando impepinablemente de ética.
No contempla la desigualdad existente entre niñas y niños; entre chicas y chicos. Un gallifante menos para la Academia.
A continuación tenemos su término antagónico, su contrario:
Ant.: antifeminismo.
Ojo aquí MariPili, el término antagónico del feminismo no es el “machismo”, porque no son antónimos. El feminismo se basa en unos principios de ética y justicia social y el machismo es el conjunto de conductas sexistas, entre otras muchas cosas. Existe esta confusión porque tendemos a definir, en estas cuestiones éticas, al feminismo como “la otredad”, osea, todo lo contrario al sistema establecido. ¿Nuestro sistema establecido cuál es?
¡Gallifante pa ti!
Sistema patriarcal, otro melón.
Academia 0 – MariPili 1
Vamos con su segunda acepción:
m. Movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los órdenes del feminismo.
Tenemos ya, en esta parte, lo que define al feminismo y por lo que resulta tan complejo.
La colectividad; es un movimiento social, y todo lo que es social es caleidoscópico, existen muchas miradas y realidades.
Así que ya sabéis, nada de nosotras sin nosotras.
Lo colectivo también nos salva, de esto, sí que sabe el feminismo.
El próximo día os traigo a la gran María Moliner, ¡ella sí que sabía de diccionarios!.
¡Hasta pronto coeducatrices!

